Un lugar rodeado de pinares que en los años 80 fue centro neurálgico del movimiento revolucionario en el conflicto civil de El Salvador, y hoy es la capital de una Ruta de Paz en la que antiguos enemigos, guerrilleros y militares, trabajan juntos para convertirla en un destino turístico muy especial.
En el departamento de Morazán, a 167 kms al oriente de El Salvador, se localiza la Ruta de Paz, que incluye a varios municipios, entre ellos Perquín, Arambala, Corinto, Jocoro, Cacaopera, Guatajiagua y San Francisco Gotera.
Esta ruta brinda la oportunidad de conocer la historia contemporánea de El Salvador, las raíces culturales heredadas de los antiguos pobladores indígenas de origen Lenca. Los pueblos que integran la ruta de la Paz poseen tradiciones muy arraigadas de sus antepasados pobladores, las cuales pueden apreciarse en la vida cotidiana de los habitantes de estos pueblos.
No se puede pasar por alto el mencionar que en la Ruta de Paz se puede disfrutar de un ambiente agradable de la naturaleza, el aire puro, los cristalinos arroyos y manantiales; además, de la abundante vegetación de las partes altas de Morazán.
Muchas de estas poblaciones sufrieron el embate de la guerra civil hace más de 27 años, sin embargo, tras la firma de los Acuerdos de Paz recobraron su belleza. Hoy son considerados sitios de interés histórico y casi obligatorios para turistas nacionales y extranjeros.
Este pueblo es de origen colonial. En este lugar se encuentra el río Negro, el Chorrerón; las cascadas el Diamante y las Golondrinas ubicadas en río Cañaverales. Todos estos sitios se encuentran en estado natural.
Es una población de origen precolombino, habitado por indígenas Lencas. En lengua Potón se interpreta como “Las tres cabezas”. En este sitio se encuentra ubicado el sitio El Moscarrón; lugar histórico en donde sucedió una de las batallas más fuertes durante la guerra civil.
Es uno de los municipios que más sufrió durante la guerra, sin embargo, después de que esta cesó comenzó a recobrar su peculiar belleza.
Esta población, colindante con Honduras, cuenta con varios hoteles de montaña, que están rodeados de extensos pinares y riachuelos. Estos lugares son ideales para desconectarse del trajín diario, para meditar, saborear algún plato típico o simplemente para disfrutar de la naturaleza y del agradable clima.
En esta localidad destaca el Museo de la Revolución, que muestra vestigios del conflicto civil.
Es una extensa área de aproximadamente seis mil hectáreas de pinares y praderas. Está situado entre los municipios de Perquín y Arambala.
Todos los días, especialmente los fines de semana, decenas de turistas, entre nacionales y extranjeros, visitan este lugar de peculiar belleza para respirar aire puro y paz.
En esta zona fronteriza con Honduras hay varios hostales y restaurantes, algunos de ellos con accesos a impresionantes cascadas, entre ellas la llamada El Perol. Darse un chapuzón en sus refrescantes aguas es una experiencia sin igual.
Posee un clima fresco y su flora está constituida principalmente por bosque de pino y roble. En lengua Potón Arambala significa: “Río de Alacranes”. Este pueblo precolombino fue fundado por indígenas Lenca Potón. Este pueblo es ideal para practicar el ecoturismo. Por este pueblo se encuentra la afluencia del río Sapo, el cual se caracteriza por el color verde de sus aguas.
En la Ruta de Paz destaca este municipio, poseedor de la Cueva del Espíritu Santo.
Se trata de una gruta en la que destaca el arte rupestre, con figuras de diferentes formas, pintadas con sustancia de colores vivos, especialmente el rojo. La mayoría de las figuras son representaciones humanas.
Estos dibujos, cuyo verdadero origen se desconoce, son considerados la principal muestra de arte rupestre de El Salvador.