Las emociones cada día cobran más y más importancia en la toma de decisiones de los compradores, esto hace referencia a que los clientes cada día se inclinan más por el valor sentimental de un producto que por el racional.
Las personas se inclinan más por lo que les hace sentir un producto que por su necesidad como tal, este factor es esencial en porcentaje para que decidan comprarlo. Más de un cuarto de porcentaje de las compras son racionales, esto quiere decir que el resto son emocionales.
Por lo que debemos darnos la tarea de prestar atención para darle a nuestro producto o servicio ese motivo emocional que todos están buscando. Una opción a tomar en cuenta es escuchar atentamente a nuestros clientes para saber qué piensan sobre nuestro producto, qué les hace sentir, que les gustaría cambiar para que nuestro producto se convierta en su primera opción siempre.
Para saber si estamos alcanzando lo que queremos de vemos establecer un grado de satisfacción emocional del cliente, el cual debemos cumplir y mantener, implementando cambios desde ya.
Para lograrlo debemos hacer lo siguiente:
El propósito es lograr crear un producto que emocione a los consumidores al verlo, que se sientan feliz, emocionado, con ganas de mostrar y comentar a sus conocidos.
Estos son algunos factores que son importantísimos al momento de implementar este análisis emocional:
En conclusión podemos decir que la importancia relativa de las emociones es esencial y un factor decisivo de compra que una vez implementado nos permitirá tener esa ventaja competitiva con otras marcas.
No debes precipitarte y hacer emocional completamente a tu producto o servicio solo brindarle ese plus emocional combinado con todos los demás factores que este posee. El propósito es generar una conexión con los clientes y convertirlos en clientes leales a la marca a través de su identificación de ellos con el producto o servicio y generar ese engagement potencial a la marca.